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Una noticia impresionante pero lejana, que acontecía al otro lado del mundo y que observaba como un desastre más para ver en los medios de comunicación, se convirtió en un abrir y cerrar de ojos en parte de mi realidad.
En medio del miedo que produce la incertidumbre y la ansiedad que genera sentir el caos cerca, de un momento a otro pase de estar muy ocupada a tener mucho tiempo disponible. Tuve tiempo que antes no me alcanzaba; tiempo para dormir más, desayunar con calma, hacer ejercicio, pensar más, escribir! He tenido tiempo para hablar más con mi familia y amigos con quienes hace mucho tiempo no hablaba; he sostenido conversaciones existenciales que no había tenido con mi esposo y mis hijos; he meditado y he reflexionado sobre mi vida, como hace mucho tiempo no lo hacía.
Con tantos momentos, recuerdos y reflexiones pasando por mi mente por estos días, vino a mi mente un recuerdo de la infancia cuando jugaba “lleva”; que momento excitante era correr tan rápido como pudieras para que no te pegarán la “lleva”, pero era aún más un momento de júbilo cuando lograbas alcanzar un árbol y gritar a todo pulmón POR MI Y POR TODOS! Era el momento en que se demostraban muchas cosas; uno, que habías sido tan fuerte para correr más rápido que la “lleva”; dos, que habías dado lo mejor de ti para salvar a todos.
Estamos en medio de un juego de la vida. Un juego que nos ha retado a dar lo mejor de cada uno de nosotros mismos. Frente a una realidad inesperada, como sacada más de una película de suspenso que de la vida real, me vi obligada a estar a solas conmigo misma; A preguntarme cuál es el propósito de todo esto, pero sobre todo a tomar consciencia de ese propósito y en sintonía con el juego de la infancia quiero correr tan rápido que la “Corona” no me alcance y ser tan fuerte que pueda proteger a todos.
Este tiempo de “Coronas” ha sido una invitación a sacar la mejor versión de mi. He aprendido que el tiempo es poco e impredecible; he valorado más el tiempo que paso con mi familia; he aprendido a racionar las porciones como medida preventiva; he discutido menos y expresado más te amo; he tomado más cuidado de lo que consumo y del ejercicio, lo cual sacrificaba por falta tiempo; pero lo más importante, he aprendido a ver el lado de la esperanza en medio de una crisis inesperada.
Siempre he pensado que la fe y la esperanza son los principales aliados del corazón del ser humano. La esperanza nos dicta que esto pasará y yo soy parte de la solución. Quiero actuar con responsabilidad para cuidar de mi familia y mi amigos; quiero aprovechar esta oportunidad de la vida para sacar lo mejor de mi; quiero ser un ser más compasivo, más solidario, más consciente de las necesidades de un mundo en transformación y estar lista para ayudar a construir una sociedad que supera “Coronas” y muchas batallas más con unión y amor.
Y tu, cómo estas viviendo este tiempo de “Corona” y quién quieres ser cuando todo pase?
Maria Houses
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